viernes, 28 de febrero de 2014

CUIDADO CON LO QUE LEES, LO QUE VES Y LO QUE ESCUCHAS

Esto tirará abajo cualquiera de mis posibilidades de hacer negocio contigo.
No importa: es una decisión tomada.

Hace muchos años atrás conocí a un señor que estaba realizando un trabajo encargado por una importante empresa. Consistía en preparar un manual de procedimientos para lo cual su misión era entrevistar a distintos miembros de un equipo de trabajo y pedirles que describieran minuciosamente su tarea. De ello surgirían algunas mejoras y, en definitiva, una metodología por la cual, supuestamente, cada persona sabría qué pasos realizar para efectuar una tarea aunque no perteneciera al sector.
Desde luego que la idea no me parecía absurda. Pero entendía que era algo que cada equipo podía hacer por sí mismo sin la intervención de este caballero al que había que pagarle.
Entonces, se lo expuse.
Fue muy genuino conmigo y me dijo que efectivamente lo que yo señalaba era verdad pero que la mentalidad de los negociantes busca artilugios en busca de dinero y agregó: -“Alguien me dijo una vez que si uno le diera a probar una porción casi microscópica de excremento a un ser humano, sin decirle de que se trata, la persona la comería sin resistencia. Pero no solo eso, si paulatinamente aumentamos la ración, el proceso seguirá sin problemas por el acostumbramiento. En definitiva, en la medida que no sepan lo que están comiendo, terminarán pidiendo raciones en cacharadas. Así funciona el mundo: Acostumbra a las personas a comer excremento y te pedirán cada vez más”.

Una historia cruel que me parece se relaciona con lo que pretendo exponerte.

Si consultaras las estadísticas de lo más vendido en las librerías (consulte algunas) observarías, invariablemente, que las novelas ganan la punta seguidas por textos sobre hechos reales propios del país en cuestión y, más abajo, libros sobre liderazgo, autoayuda o similares.

Suele haber una confusión con la expresión “best seller”. Algunos consideran que es sinónimo de los mejores y por eso los más vendidos. Pero no es así.

Te copio un párrafo extractado de la Wikipedia: “Técnicamente, el término best-seller o superventas no está asociado a un nivel de ventas específico (un número de ejemplares vendidos en un periodo determinado). Por esta razón, a menudo se utiliza libremente por las casas editoriales como estrategia de mercadotecnia a favor de ciertas obras, ya sea afirmando en su publicidad que se trata de un best-seller o incluyendo un sello en la portada que lo identifica como tal. De todas formas, una buena parte de los best sellers contemporáneos ha llegado a serlo como consecuencia de una bien organizada promoción, dirigida por las industrias editoriales, en la que se han tomado en cuenta los gustos, exigencias de consumo y expectativas de un público de masas”.

Como ves, los libros más vendidos o que encabezan los ranking no son necesariamente los mejores.

Si te preguntas sobre la suerte de textos escolares o universitarios o clásicos de la literatura, la filosofía, la ciencia, etc. comprenderás que no ocupan el “top ten”.

¿Qué te invitan a leer entonces? Lo que está de moda que no suele ser sinónimo de lo mejor.

Veamos la tele.
Hace poco, en un famoso canal de documentales, vi uno sobre el petróleo. Muy interesante e ilustrativo, indicando cuanto se sabe que hay actualmente y los posibles nuevos hallazgos.
Manifestaba que nuestra sociedad es totalmente dependiente del petróleo y que las reservas podrían alcanzar para tan sólo varias decenas de años.
Cualquiera que lo haya visto sabría que los datos volcados serán sin duda verídicos pero advertí que en ningún momento se planteaban alternativas sustitutivas.

Todos hemos oído hablar de la energía solar y de casas y autos alimentados por esta energía.
De igual modo también hemos escuchado sobre la energía eólica y su potencial.
Puedo agregar incluso un emprendimiento ideado por un francés cuyo nombre no recuerdo que se moviliza en su micro (bus) utilizando el aceite usado de restaurantes (que habitualmente se tira a los desagües).

Pero el documental aludido, nada decía de estas opciones o algunas otras que seguramente se me escapan y que no dependen (al menos en un grado superlativo) del uso de petróleo.
Y entonces advertí una razón válida para que el film expusiera al petróleo como una cuestión de vida o muerte para la civilización.

Me pareció comprender (espero estar equivocado) que crear esa consigna irremediable: “El petróleo lo es todo”, permitirá justificar cualquier intervención para obtenerlo.

Lo expongo de otro modo: Tengo un negocio que se llama petróleo, he gastado y ganado mucho dinero en ello; por favor, entiéndannos: Negocios son negocios.

Me parece un lindo ejemplo sobre lo que vemos porque las imágenes apuntaladas por un buen discurso o título, pegan fuerte en nosotros.

Sobre el escuchar, sin duda, no necesitarás ejemplos sobre multitud de charlatanes o aduladores o divulgadores de la verdad a sueldo, para entender sobre lo que estoy hablando.

¿Qué es escuchar? Copio ahora una explicación extractada de http://www.people-communicating.com/ : “Escuchar va más allá de oír las palabras que se hablan. Escuchar significa pensar en el mensaje para entender de manera clara y completamente. Esto requiere oír las palabras, observar el tono de voz, el estado anímico, y cualquier otra señal que complemente el mensaje”.

Seguramente, porque algunas veces hemos escuchado sin pensar el mensaje, es que del error aprendimos a distinguir mejor entre aduladores y sinceros, voceros independientes y rentados.

Resumiendo, y de manera similar a la imagen conocida como “Los tres monos sabios”, que con sus posturas nos invitan a: no ver, no oír, no decir (lo que resulta muy conveniente aplicado en el justo momento), te invito a: “Analizar” lo que lees, lo que ves y lo que escuchas.


Eso te ayudará a padecer menos situaciones en las que termines por sentirte defraudada/do y en consecuencia a ser más feliz.

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